"Un viaje de mil millas comienza con un solo paso."
— Lao Tse

BCE: RIESGO DE DEFLACIÓN
El control de la inflación es la meta principal de la mayoría de los bancos centrales. Tener una inflación estable y predecible  conlleva grandes beneficios económicos, no obstante, cuando los precios comienzan a crecer muy poco y, eventualmente, a decrecer, las decisiones de los diferentes agentes económicos se distorsionan. Los consumidores aplazan decisiones de consumo a la espera de caídas en precios y los ahorradores tienen incentivos a mantener una liquidez mayor a la que tendrían en un ambiente de inflación normal. Este fue el problema de Japón durante quince años.

Con medidas no convencionales, el BCE intenta combatir un riesgo deflacionario. La inflación en la Eurozona se ha ubicado por nueve meses por debajo de 1.0%, cuando el objetivo del BCE es de 2.0%. El BCE ha tomado diferentes medidas de política monetaria en los últimos años. Después de que el Consejo de Gobierno recortara la tasa  a niveles mínimos, con una tasa negativa de depósitos, el presidente de la entidad, Mario Draghi comunico en la conferencia de junio que “el Consejo mantuvo una discusión amplia (…) Hablamos de extender la adjudicación plena de fondos de tipo fijo y de QE (alivio cuantitativo)”.

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BCE: UN BANCO CENTRAL DIFERENTE
A diferencia de la FED, Banco de México, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra (BoE), el Banco Central Europeo (BCE) se ha caracterizado por utilizar una gama más amplia de medidas de política monetaria. El BCE cuenta con tres tasas que sigue el mercado (a diferencia de la FED o el BoE), así como con diferentes programas de refinanciamiento y otras facilidades.

El objetivo de esta nota es presentar los mecanismos que tiene el BCE para la transmisión de su política monetaria. Se detallan los canales y las diferentes herramientas que utiliza la institución para alcanzar su objetivo: la estabilidad de precios.

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