• Noticia: Esta mañana el INEGI dio a conocer el dato de las ventas minoristas de marzo, el cual se contrajo 23.8% a/a a tasa anual, y 22.4% respecto a abril y con cifras ajustadas por efectos estacionales.
  • Relevante: La contracción anual y mensual fue histórica; reflejaron el efecto del confinamiento de los consumidores y limitaciones en la actividad comercial, ambos en vigor al final de marzo y con el fin de contener la propagación de la pandemia. Al interior del índice, sólo las ventas en línea crecieron, mientras que categorías de bienes de consumo discrecional fueron más afectados.
  • Implicación: Mejoras en el comercio y el gasto de los hogares dependerán de que mejoren el empleo y la confianza, lo que a su vez está ligado al control de la pandemia, a que se levanten las medidas sanitarias y rebote la inversión. Aun con ello, la recuperación completa del consumo privado y la actividad comercial tomaría años.

Caídas récord y generalizadas

El comercio se interrumpió por el alto en la actividad no esencial y el consumo privado resintió el distanciamiento social, ambos decretados al final de marzo. Además, el gasto de los hogares reflejó el incremento en el desempleo (4.7%) y la mayor incertidumbre económica, que debilitó a la confianza del consumidor. En este entorno, las ventas al menudeo vieron su peor variación a/a y m/m registradas; similarmente, 17 de sus componentes también mostraron caídas históricas. Por la emergencia sanitaria, el Inegi hizo el levantamiento de esta encuesta por vía telefónica.

Confinamiento, interrupción en la oferta alteran consumo

El confinamiento y la interrupción en el comercio y el abasto de algunos bienes (e.g. cerveza) alteraron los patrones de consumo. Por ejemplo, sólo las ventas en línea crecieron mes a mes y los rubros de alimentos, tiendas de autoservicio y de cuidado de la salud presentaron mayor resiliencia; por el contrario, los componentes relacionados al consumo discrecional sufrieron más (departamentales, vestimenta, esparcimiento y automóviles), también reflejo del detrimento del entorno económico mencionado arriba.

Recuperación incierta

Para que mejore el consumo privado, se necesita que se recuperen el empleo y la confianza, lo que dependerá de contener la pandemia y reactivar la economía, así como de que la inversión se reestablezca. La ausencia de apoyos fiscales y la elevada incertidumbre limitarán el rebote de la inversión y el empleo; además, otras variables (e.g. remesas) han perdido dinamismo. Con ello, la recuperación completa en el consumo y el comercio tomará años.