• Noticia: Esta mañana el INEGI publicó la cifra de las ventas minoristas correspondiente a agosto, el cual se contrajo 10.8% a/a, con cifras originales; mensualmente y con cifras ajustadas por estacionalidad, el indicador creció 2.5%.
  • Relevante: Fue su cuarta alza mensual consecutiva, tras la caída histórica de abril. Mejores niveles de desempleo y confianza, junto con el levantamiento de algunas medidas sanitarias siguen explicando el alza. 16/22 componentes crecieron, destacando algunos discrecionales y relacionados al ocio; por el contrario, alimentos y autoservicios vieron un regreso.
  • Implicación: Prevemos que la variable siga desacelerándose, ante la expectativa de altos niveles de desempleo e incertidumbre. El panorama podría deteriorarse si surge un nuevo brote del virus que orille a la replicación de medidas sanitarias.

Rebote pierde vigor

Pese a desacelerarse contra los dos meses previos, el indicador conservó un crecimiento mensual, a medida que las restricciones a la actividad comercial y a la movilidad social se continuaron levantando. También contribuyeron positivamente el regreso de más personas a sus puestos de trabajo (la tasa de desempleo pasó de 5.4 a 5.2%), la ligera mejora en la confianza del consumidor y el continuo crecimiento en las remesas, que compensaron las implicaciones negativas de los altos niveles de inflación (4.05% a/a) sobre el poder adquisitivo del hogar. En términos anuales, las ventas al menudeo hilan seis meses en caída.

Confianza y movilidad se reflejan en patrones del gasto

Al interior, 16/22 rubros subieron mes a mes. La mejora de algunas variables relacionadas al consumo, como la confianza, habría impulsado a bienes discrecionales (autos, ropa); la mayor movilidad social, a artículos de esparcimiento y bebidas, hielo y tabaco, pero inducido bajas en alimentos y abarrotes y supermercados; otros rubros, como muebles, papelería, dec. interiores, reflejarían la transición al trabajo y educación en casa.

Rebote seguiría perdiendo vigor

La variable podría continuar desacelerándose, pues esperamos que se mantengan bajos niveles de empleo y un entorno de elevada incertidumbre. El panorama podría recrudecerse, si tiene lugar un rebrote del virus que orille a la reimposición de medidas sanitarias, ante las cuales la actividad comercial es significativamente vulnerable, y a que se postergue la recuperación económica, del mercado laboral y de la confianza.