• Noticia: La inflación al consumidor para diciembre de 2020 creció 3.15% a tasa anual, por debajo del 3.26% esperado por GFB×+ y del 3.16% por el consenso. El índice subyacente* se ubicó en 3.80%, prácticamente en línea con nuestra proyección de 3.82%.
  • Relevante: La inflación anual cerró 2020 con su menor variación en siete meses y dentro del rango de tolerancia del Banxico, pero la moderación se explicó en una gran medida por los precios de bienes agropecuarios (volátiles); la inflación subyacente se presionó ante el rebote en mercancías, y pese a la mayor debilidad en los servicios, acusando distorsiones del endurecimiento de los confinamientos en los últimos días del año pasado.
  • Implicación: En enero, el rebrote del virus y las medidas para contenerlo implican riesgos al alza para los precios de alimentos, y a la baja para los de servicios; posteriormente, la inflación se mantendría limitada por una débil demanda y menor depreciación cambiaria. Si los precios y sus expectativas confirman una tendencia a la baja en las próximas lecturas, el Banxico podría recortar la tasa objetivo en 25 pb. en febrero. Hacia adelante, el espacio para un mayor relajamiento monetario es muy limitado.

Cierra el año en mínimo de siete meses: 3.15% a/a

La inflación interanual se volvió a desacelerar y cerró 2020 con su menor variación en siete lecturas; por segundo mes al hilo, se ubicó dentro del rango de tolerancia del Banxico (3 +/- 1%). Ello se explica principalmente por el índice no subyacente; en especial, por la menor variación en precios de frutas y verduras frescas, que eclipsó a la menor caída en el rubro de energéticos, en relación al dato previo.

Subyacente: se diluye “Buen Fin”; virus la distorsiona

Tras moderarse en noviembre, ante el alargamiento de la campaña promocional de “El Buen Fin”, las mercancías no alimenticias rebotaron en diciembre, incluso pese a que el tipo de cambio ha visto recientemente mayor estabilidad; las mercancías alimenticias se aceleraron en el margen, y no descartamos que refleje indicios de una mayor demanda ante confinamientos más duros al cierre de 2020. Por el contrario, servicios acentuó su debilidad, lo que también podría responder a las medidas para contener la pandemia.

Variación mensual: menor estacionalidad en turismo

El repunte en los precios del petróleo derivó en el ajuste en gasolinas; mercancías (e.g. ropa, TVs) rebotaron tras los descuentos de noviembre; como cada diciembre, servicios de turismo crecieron m/m, pero menos que en otros años.

Baja presión en cadena productiva

Ante la menor depreciación del MXN, en últimas lecturas, y distorsiones en el sector servicios (endurecimiento de las medidas para controlar la pandemia), los costos al productor se moderaron de 3.90 a 3.71% a/a.

Pandemia acentuará distorsiones en lectura de enero

Consideramos que el rebrote del virus y el apretamiento de las medidas para su contención, i.e. confinamientos más estrictos, implican, al menos en enero, riesgos al alza para los precios de alimentos, frescos y preparados, y a la baja para los servicios. En el caso de los primeros, las personas demandarían más alimentos para ser consumidos dentro del hogar, y, al mismo tiempo, podrían volverse a agravar algunas obstrucciones en las cadenas de proveeduría de estos; en cuanto a los segundos, la menor movilidad y el temor al contagio limitarían su demanda, en especial por aquellos más dependientes de la interacción interpersonal.

A lo largo de 2021, salvo por un par de lecturas, en abril y posiblemente en mayo, prevemos que la inflación se mantenga contenida debajo del 4.0% a/a, sujeto a: i) un entorno de debilidad en la demanda, pese a mejorar parcialmente; ii) menor depreciación del tipo de cambio, aunque seguirá siendo volátil; iii) que se vayan disipando las obstrucciones en la proveeduría de bienes y servicios, condicionado al control de la pandemia y a la normalización de la actividad económica; y, iv) una limitada recuperación en los precios de energéticos.

Si la inflación y sus expectativas confirman una tendencia a la baja en las próximas lecturas, y tomando en cuenta las bajas tasas de interés externas, consideramos probable que el Banco de México recorte en 25 pb. la tasa objetivo, tan pronto como en febrero. Posteriormente, reconociendo que la evolución de la pandemia y otros elementos, tanto locales como externos, y sus efectos sobre la economía, la estabilidad financiera y los precios, es todavía muy incierto, el margen para un relajamiento monetario adicional es muy limitado.