• Noticia: Esta mañana el INEGI publicó el dato de las ventas al menudeo para febrero, el cual se contrajo 6.3% a/a con cifras originales, pero creció 1.6% m/m con cifras ajustadas por estacionalidad.
  • Relevante: Tras estancarse en enero, el indicador repuntó en febrero, ya que se levantaron parte de las restricciones sanitarias en algunas entidades. En línea con ello, aunque el alza fue generalizada, destacó el avance en tiendas departamentales y otros rubros discrecionales, mientras que artículos para el cuidado de la salud vieron un regreso y se moderaron las ventas en línea.
  • Implicación: El recuperación de la variable estará condicionada al control de la emergencia sanitaria y a la reapertura económica, la cual será limitada, al menos, hasta el 3T, dado el lento inicio en la campaña de vacunación; además, los bajos niveles de empleo y elevada inflación, también serán limitantes.

Consumo “despierta” con reapertura

Tras estancarse en enero, las ventas minoristas repuntaron 1.6% m/m en febrero, de la mano del relajamiento del confinamiento en algunas entidades. Dicha variación fue la mayor en tres lecturas. La expansión de febrero estuvo respaldada por el constante crecimiento en remesas, así como la reducción en el desempleo, lo que pudo eclipsar la aceleración en la inflación, que deteriora el poder adquisitivo, y una baja en la confianza del consumidor.

Pese a esta mejora, la variable sigue debajo de los niveles pre-pandemia, como lo ilustra la variación interanual: -6.3% con cifras originales y -3.6% con cifras ajustadas, que corrigen el efecto por año bisiesto en 2020.

Crecen 18/22 rubros, destacan departamentales

Los efectos de la reapertura se confirman por el rebote en tiendas departamentales, y otros rubros discrecionales y que se habían debilitado en la lectura previa (ropa, muebles, combustibles, autos), así como por el regreso en cuidado de la salud y la desaceleración en ventas en línea.

Recuperación modesta por riesgos

Prevemos que el consumo mejore parcialmente en 2021. Ante la reciente tendencia en la vacunación contra el COVID-19, asumimos que el distanciamiento social no se relajará ampliamente antes del 3T21. Ello seguirá pesando en el consumo de servicios (interacción personal); además, implica que la actividad económica tardará en normalizarse y, con ello, menos empleos se recuperarán, lo que incide sobre el ingreso y la decisión de consumo de los hogares. Finalmente, la elevada inflación, en especial en alimentos, limita la capacidad de gasto en rubros más discrecionales.