• Noticia: Hace unos momentos, el INEGI publicó el dato del Indicador de Consumo Privado en el Mercado Interno de febrero, el cual se contrajo 7.5% a/a, con cifras originales, y 0.2% m/m, con cifras desestacionalizadas.
  • Relevante: La variación anual se distorsionó por un efecto calendario desfavorable. Mes a mes, devolvió parte del alza de enero, pese al que el relajamiento del algunas medidas sanitarias en la segunda mitad de febrero impulsaron al consumo de servicios; aquel de bienes tuvo un regreso, en especial, los de origen importado.
  • Implicación: El relajamiento del confinamiento daría un impulso al consumo privado, en especial en servicios; sin embargo, la variable no se recuperará plenamente este año, a causa de bajos niveles de empleo y el deterioro en el poder adquisitivo, por una elevada inflación al consumidor.

Confinamiento empezó a relajarse; impulso insuficiente

La variación anual enfrentó un efecto calendario adverso (2020 fue año bisiesto), por lo que la cifra corregida (-6.4%) ofreció una menor caída que la original (-7.5%). De cualquier manera, el consumo privado sigue lejos de los niveles pre-pandemia.

A tasa mensual, con cifras ajustadas por estacionalidad, retrocedió 0.2%, tras el alza de 0.6% de enero. El confinamiento y algunas restricciones comerciales empezaron a relajarse a finales de febrero, lo se reflejó en la expansión en servicios, aunque es todavía la categoría más rezagada. De forma contraria, el consumo por bienes tuvo un regreso, en especial, aquellos de origen importado, lo que está en línea con la reducción en la importación de mercancías de consumo no petrolero en el mes (-0.7% m/m). No descartamos que esto último tenga que ver, en parte, con la interrupción en el suministro global de algunos productos.

Además, la aceleración en la inflación (3.76% a/a), que reduce el poder adquisitivo del hogar, y bajos niveles de empleo pudieron incidir negativamente en la variable, opacando el continuo avance de las remesas (+16.5% a/a).

Recuperación total tardará

En siguientes lecturas, prevemos que el consumo privado responda al relajamiento del confinamiento, mejoras parciales en el empleo y menor restricción al comercio, sujeto a que el despliegue de vacunas mantenga controlada la propagación del virus. La normalización de la actividad también permitiría una rotación en la demanda, de bienes a servicios. Sin embargo, la recuperación en el consumo será incompleta este año, dada la fragilidad en el empleo y el deterioro en el poder adquisitivo de los hogares, ante una mayor inflación.