• Noticia: Hace unos momentos el INEGI dio a conocer el dato del Indicador de Consumo Privado en el Mercado Interno de mayo de 2022, el cual creció 7.2% a/a, con cifras originales; y, con cifras ajustadas, retrocedió 0.4% m/m.
  • Relevante: El indicador vio su primer retroceso mensual desde junio de 2021. El consumo de servicios y bienes importados se desaceleró, mientras que el de bienes nacionales se contrajo. Pese a este retroceso, la variable se mantuvo 2.6% arriba de sus niveles pre-pandemia. A tasa anual, se desaceleró por tercera lectura consecutiva.
  • Implicación: Estimamos que el gasto de los hogares se expanda con menor velocidad en la segunda mitad del año, a causa de los efectos de la inflación sobre el ingreso real, el encarecimiento del financiamiento para el consumo, la desaceleración en el empleo y menores niveles de confianza.

Impulso se agota

Luego de hilar 10 meses consecutivos en expansión, su mayor racha desde 1994, el indicador se contrajo 0.4% m/m. Pese a ello, logró mantenerse arriba de niveles pre-pándemicos (+2.6%). La variación interanual (cifras originales) exhibió su tercera desaceleración consecutiva.

El consumo en servicios se desaceleró, pese a que todavía fue apoyado por normalización en la movilidad social y los patrones de gasto. Esto último también pudo incidir en la caída del consumo de bienes nacionales y en la moderación en aquellos importados, que a su vez todavía reflejan la menor obstrucción en las cadenas globales de suministro.

La debilidad en el consumo puede atribuirse al repunte observado durante el mes en la tasa de desempleo (3.4 vs 3.1% ant.) y al efecto de la elevada inflación sobre el salario real. Lo anterior opacó el desempeño más favorable de otras variables, como las remesas (+14.3% a/a).

Se avecina un 2S más desafiante

Anticipamos que el gasto se desacelere más en el 2S2022. Esto, en la medida en la que se refleje con mayor claridad la erosión del poder adquisitivo, provocada por la elevada inflación, y el encarecimiento del financiamiento al gasto. Además, asumimos que un panorama económico más incierto impactará a la confianza de los consumidores y de las empresas, las cuales, además, podrían moderar sus planes de contratación.