• Noticia: Hace unos momentos el INEGI dio a conocer el dato del Indicador de Consumo Privado en el Mercado Interno de julio de 2022, el cual creció 5.0% a/a con cifras originales, y 0.1% m/m con cifras desestacionalizadas.
  • Relevante: Segundo mes avanzando, pero marginalmente y con disparidades al interior: rebotó el gasto en bienes de origen nacional, pero retrocedió en bienes importados y en servicios.
  • Implicación: Una inflación todavía elevada, mayores costos financieros y la expectativa de que la generación de empleos se modere, nos hacen estimar que el gasto de los hogares siga enfriándose y volviéndose más defensivo hacia el cierre de este año e inicios del siguiente.

Consumo enfriándose al inicio del 3T, más en servicios

El consumo mantuvo el mismo ritmo de crecimiento que en el mes anterior (+0.1% m/m, cifras ajustadas), colocándose 2.3% arriba de niveles pre-pandémicos. Por su parte, la variación anual se moderó de 6.5 a 5.0% (cifras originales).

La modesta expansión está en línea con la confrontación de fuerzas contrarias. Por un lado, la corrosión del poder adquisitivo (la inflación se aceleró a 8.15% a/a) y menores niveles de confianza de los hogares (el ICC hiló en julio tres meses a la baja). Por otro lado, la tasa de desocupación bajó de 3.3 a 3.2%, mientras que las remesas apuntaron un crecimiento de 16.5% a/a.

De los componentes del gasto, el único avance mensual se observó en bienes nacionales, los cuales rebotaron tras debilitarse en mayo y junio. El descenso en bienes importados es antecedido por sólidas alzas en los cinco meses previos (destrabe cadenas globales de suministro). Servicios hilaron tres bajas, incluso esta fue mayor a la de junio, lo que reflejaría, no sólo el fin de efecto reapertura, si no un gasto más defensivo por parte de los hogares.

Pocos catalizadores hacia adelante

En lo que resta del año, la inflación seguirá alta –cedería poco en el 4T- y erosionando el poder adquisitivo de los hogares. También esto provocaría que las tasas de interés y el costo de los créditos sigan aumentando. Además, esperamos un menor dinamismo en el crecimiento económico y, por lo tanto, en la generación de empleos. En este entorno, prevemos que el consumo privado siga enfriándose hasta finales de 2022 e inicios de 2023, especialmente en aquellos bienes y servicios más discrecionales.