• Noticia: El Inegi reveló hoy que el Indicador Global de la Actividad Económica para noviembre 2022 creció 3.3% a/a, debajo de lo esperado por GFB×+ (3.5%) y el consenso (3.9%); mes a mes y con cifras ajustadas, retrocedió 0.5%.
  • Relevante: Tras estancarse el mes pasado, en noviembre registró su peor lectura desde agosto 2021, cuando se resintieron los efectos de la variante Delta del virus y parte de aquellos asociados a la ley de subcontratación laboral. Con ello, la actividad quedó 0.7% debajo de niveles pre-covid.
  • Implicación: El beneficio por el efecto reapertura seguirá desapareciendo. Además, las presiones inflacionarias y el endurecimiento monetario a nivel local y mundial debilitarán aún más el dinamismo en la demanda (consumo, inversión, exportaciones).

Peor lectura en 15 meses

Mes a mes y con cifras ajustadas, después de estancarse en octubre, la actividad vio en noviembre su mayor retroceso desde agosto de 2021, cuando se resintieron los efectos de la variante Delta del virus y una parte de aquellos asociados a la ley del outsourcing. Con ello, el Igae quedó 0.7 y 1.0% debajo de sus niveles pre-covid (enero 2020) y de su máximo histórico (septiembre 2018), respectivamente. Con cifras originales, la variación interanual se desaceleró de 4.5 a 3.3%, siendo la menor desde julio pasado.

  • Agropecuario (7.2% a/a, 5.3% m/m*). Se recuperó del retroceso previo y apuntó su mayor expansión desde marzo 2022, en línea con el crecimiento en las exportaciones del sector. Única rama arriba de niveles prepandémicos.
  • Industria (3.2% a/a, 0.0% m/m*). Se estancó y quedó 0.6% debajo de niveles pre-covid. El alza construcción y servicios públicos, fue eclipsada por el retroceso en la minería y la manufactura, la cual pudo resentir el menor dinamismo en la exportación no petrolera y obstrucciones en cadenas de suministro por el endurecimiento de las medidas covid en CHI.
  • Servicios (3.0% a/a, -0.9% m/m*). Segundo retroceso al hilo y el mayor desde agosto 2021 (impacto por variante Delta del virus, ley de subcontratación laboral). Servicios de hospedaje y preparación de alimentos cayeron de nuevo, lo que reflejaría la dilución del efecto reapertura. También la actividad comercial volvió a debilitarse.

Se resentirá más inflación y ajuste monetario en adelante

El efecto positivo de la reapertura sobre el sector servicios y del restablecimiento de las cadenas de proveeduría sobre la actividad industrial continuarán diluyéndose. Incluso, las cadenas de proveeduría pueden volver a presionarse si se intensifican las tensines geopolíticas.

A nivel local y mundial, prevemos que la inflación tarde en volver a estabilizarse en las metas de los bancos centrales, por lo que estos mantendrían una postura monetaria restrictiva por un periodo considerable. Ante la erosión del poder adquisitivo, altos costos financieros y la creciente incertidumbre económica, el consumo privado, la inversión y la exportación exhibirán cada vez un menor dinamismo.

Por otro lado, las inversiones asociadas al nearshoring y el T-MEC darán algo de resiliencia a la economía mexicana.

Este año, con el deterioro en la demanda interna y externa, prevemos que el crecimiento del PIB se desacelere a 0.8%.