• Noticia: Hace unos momentos, el Inegi dio a conocer el dato del consumo privado para octubre, el cual creció 5.2% a/a con cifras originales, pero se contrajo 0.3% m/m con cifras ajustadas por efectos estacionales.
  • Relevante: La variable exhibió su primera caída mensual desde mayo y la peor desde febrero. Por componentes, el único que creció fue el de bienes de origen nacional, mientras que se retrajo el gasto en bienes de importación y servicios.
  • Implicación: En los próximos meses, los bajos niveles de desempleo seguirán dando cierto soporte al consumo privado, que también se verá reflejado en el ánimo de los hogares. Posteriormente, la expectativa de un menor crecimiento económico y en el empleo, junto con niveles todavía algo elevados de inflación y tasas de interés, comenzarán a frenarle.

Perdió “punch” al inicio del 4T23

Con cifras originales y en su comparación interanual, en octubre, el consumo se aceleró de 4.5 a 5.2%, a pesar de enfrentar un efecto calendario adverso (un sábado menos vs. octubre 2022).

Con cifras desestacionalizadas, se desaceleró a tasa anual, de 5.0 a 4.5%. A tasa mensual, tras hilar cuatro lecturas al alza, registró su peor caída desde febrero pasado. Al interior, retrocedió el gasto en bienes importados y en servicios –que anotaron su mayor baja desde 2020-, mientras que los bienes de origen nacional se fortalecieron por segundo mes.

El menor dinamismo en el consumo es consistente con el ligero deterioro en la confianza del consumidor (-0.7 pts. m/m) y el menor poder adquisitivo de las remesas en pesos (-1.2% a/a). Sin embargo, la tasa de desempleo registró un mínimo histórico en el mes (2.6%) y la inflación se moderó a 4.25% a/a.

2024 supondrá condiciones algo menos favorables para consumo

En el último bimestre de 2023 y a inicios de 2024, anticipamos que el bajo desempleo continúe dando soporte al consumo privado.

No obstante, la variable iría desacelerándose bajo un entorno menos favorable, marcado por: i) un crecimiento económico algo menor, que impactaría moderadamente al empleo y la confianza; ii) aunque irían bajando ya entrado el año, la inflación y las tasas de interés permanecerían relativamente elevadas, erosionando el poder de compra y limitando el acceso al crédito para los hogares, respectivamente; y, iii) un menor crecimiento en las remesas, conforme se enfríe la actividad económica y el empleo en los EE. UU.