• Noticia: La mañana del pasado miércoles 5 de noviembre, el INEGI reportó que el Indicador Mensual del Consumo Privado mostró un crecimiento interanual de 0.9%; con cifras desestacionalizadas, se expandió 0.6% a tasa mensual.
  • Relevante: Tras dos caídas previas, el consumo volvió a terreno positivo en términos interanuales. El regreso estuvo apoyado principalmente en bienes nacionales, mientras que los servicios siguen con menor dinamismo. Los bienes importados destacaron en la comparación anual, favorecidos por la apreciación del peso.
  • Implicación: El consumo privado muestra algo más de resiliencia, y hacia adelante puede ser apoyado por el crecimiento en salarios y una inflación en alimentos contenida. Sin embargo, difícilmente se acelerará de forma significativa en un entorno de bajo crecimiento en el empleo y caídas en las remesas.

Gráfica 1. Variación anual índice consumo privado (variación % anual )*

Rebote liderado por bienes nacionales

En agosto, el consumo privado repuntó 0.6% a tasa mensual con cifras desestacionalizadas, tras haber retrocedido 0.2% en julio. Esta variación fue la cuarta mayor del año, superada por los incrementos observados en febrero, abril y junio. A tasa anual, el crecimiento fue de 0.9%, una mejora respecto al -0.1% registrado en julio, aunque aún distante de los ritmos de expansión observados durante el tercer trimestre.

 

En esta lectura, el avance se apoyó en bienes nacionales, que mostraron perder vigor en las dos observaciones previas. Los bienes importados también aportaron de forma positiva, y siguen destacando en la comparación anual, lo que en parte pudiera reflejar la apreciación del peso mexicano, al abaratar en términos relativos a estos mismos respecto a los de origen nacional.

En agosto, el entorno para el consumo mostró señales mixtas. En cuanto al mercado laboral, si bien el empleo formal avanzó apenas marginalmente, incluso considerando el efecto favorable de la prueba piloto para incorporar a algunos trabajadores de plataformas digitales, los salarios continúan creciendo a tasa anual, lo que ofreció soporte al gasto de los hogares. La inflación presentó una aceleración  en alimentos, lo que habría elevado la presión sobre los presupuestos familiares, aumentando la proporción del gasto en bienes esenciales. Por su parte, las remesas, aunque se mantienen en niveles elevados, registraron una caída de 8% en dólares y de 13% en pesos. Por el contrario, la confianza del consumidor ha mostrado una recuperación gradual tras tocar fondo en el segundo trimestre, alcanzando en agosto su nivel más alto del año, lo que sugiere una mejora en las expectativas, aunque todavía no parece traducirse en una mayor propensión a gastar, especialmente en bienes duraderos.

Rebote es cambio de tendencia o “flor de un día”

Si bien recientemente hay señales de mayo estabilidad en el consumo, es probable que las decisiones de los hogares mantengan cierta cautela en adelante, priorizando el consumo esencial. El crecimiento en salarios es un soporte relevante para el consumo, pero la generación de puestos de trabajo difícilmente se reactivará en el futuro inmediato. Además, las remesas pierden impulso, al tiempo que se debilita el mercado laboral estadounidense. Finalmente, la inflación parece contenida de momento, pero es probable que se reacelere a inicios de 2026, restringiendo al poder adquisitivo de las familias