• Noticia: Hace unos momentos, el INEGI reveló que las ventas al menudeo crecieron 2.7% a tasa anual en el primer mes del año (2.8% esp.). Con cifras desestacionalizadas crecieron 0.5% m/m.
  • Relevante: Contra enero de 2019, se observó un efecto calendario favorable (un viernes adicional); además, el aumento en impuestos (alimentos, bebidas y cigarrillos) y el repunte en la inflación pudieron generar distorsiones en el consumo. Algunos rubros discrecionales mejoraron, pero no fue generalizado.
  • Implicación: Las medidas sanitarias para contener la propagación del COVID-19 detendrían al consumo en el corto plazo. Posteriormente, prevemos que permanezca cierta debilidad y que tenga lugar una lenta recuperación en la variable, ante la pérdida de empleos y la menor confianza del consumidor.

Efectos calendario y fiscales

Pese a moderarse respecto a diciembre 2019 (3.2%), que estuvo impulsado por una fácil base de comparación, la variación anual es superior al promedio de los 12 meses previos (1.9%), aunque hay que considerar que se contó con un efecto calendario favorable (un viernes más respecto a enero 2019). Por su parte, destaca que la cifra ajustada por efectos estacionales confirmó la mejora en la variable, al crecer 0.5% m/m, incluso pese a un detrimento ligero en la confianza del consumidor, al aumento en la inflación, que se derivó en parte por el incremento en los impuestos a algunas mercancías, incluyendo alimentos, bebidas, cigarrillos y gasolinas.

Desempeño mixto al interior

Contra diciembre de 2019, 11 de los 22 rubros presentaron un avance. Bebidas, hielos y tabaco pudieron haber caído por efectos del aumento en el IEPS a bebidas azucaradas y cigarrillos; en cuanto a los rubros discrecionales, algunos de ellos rebotaron (como autos +1.7% m/m), mientras que otros exhibieron una contracción mensual (departamentales -1.1%, muebles para el hogar -0.0% y ropa -1.0%).

Nuevo panorama: Parálisis temporal, lenta recuperación

Las medidas sanitarias para combatir la pandemia mundial generarán una parálisis en el consumo a partir de marzo, aunque es posible que aumente el consumo de bienes básicos. Posteriormente, ante la débil situación económica en general, consideramos que la pérdida de empleos generará una lenta y moderada recuperación en el consumo privado; además, es posible que la confianza del consumidor responda negativamente a la incertidumbre, poniendo mayor vulnerabilidad al consumo discrecional.