Mismos retos, diferente magnitud

 El pobre crecimiento económico y posibles apoyos adicionales a Pemex son, de nuevo, los principales elementos detrás del movimiento de la agencia. Estos riesgos se acentuaron recientemente con la pandemia por el COViD-19, los bajos precios del petróleo, un clima difícil para los negocios y la marginal aplicación de estímulos económicos.

Mayor caída a lo presupuestado: Menores ingresos

Ante la pandemia, Fitch espera una caída del PIB mayor a lo presupuestado por Hacienda (2.9% a/a real), al igual que GFB×+ (-4.2%), generando menor recaudación. A la agencia también le preocupa posibles efectos en la base gravable por el cierre de la economía. Hacia adelante, la recuperación dependería del sector externo (EEUU), condiciones poco favorables para la inversión (gobernanza, clima de negocios), la falta de estímulos económicos. Un elemento a favor, de acuerdo al reporte, es la posible atracción de inversión ocasionado por el T-MEC.

Los bajos precios y la menor producción (acuerdo OPEP) del petróleo también son un riesgo para los ingresos (acotado por coberturas), pero también para el gasto, pues Pemex requeriría más apoyo financiero, adicional al recorte en impuestos, si la empresa sigue con sus planes de inversión. Además, los egresos también se presionarán por el mayor gasto en salud. La administración usará los fondos de estabilización y recursos de fideicomisos para financiar la expansión en el gasto.

En el balance, se estima que la razón deuda/PIB ascienda a 50.0% este año y que difícilmente ésta descienda de forma sostenida en el futuro, dadas las pobres expectativas de crecimiento económico y la baja inversión. Ello, junto con la situación de gobernanza (elevada corrupción) justifican una calificación de BBB-, de acuerdo a la agencia. Destaca que la perspectiva es “estable”; no anticipa más bajas.

Banxico, historial y posición externa: Elementos positivos

La credibilidad del Banco de México, la sólida posición externa, en cuanto a la cuenta corriente, la flexibilidad en el tipo de cambio, que ayuda a corregir desbalances y choques, la profundidad de los mercados financieros, el historial crediticio y de prudencia macroeconómico de México, son elementos positivos considerados por la calificación crediticia, entre otros*.

Es posible una revisión positiva si: cambios en la política económica detonan una recuperación económica, mejora la gobernanza o se reduce la deuda de forma sostenible.