- Noticia: El Inegi reveló hoy que el Indicador Global de la Actividad Económica para agosto creció 5.7% a/a, por arriba del 4.0% esperado por GFB×+ y del 3.1% del consenso; mes a mes y con cifras ajustadas, creció 1.0%.
- Relevante: Parte de la aceleración anual se explicó por una fácil base comparativa (ley de subempleo del 2021). Mes a mes y con cifras ajustadas, la actividad vio su mejor crecimiento desde abril y se ubicó apenas 0.2% debajo de niveles pre-covid. Los sectores agropecuario y de los servicios crecieron; la industria retrocedió en el margen.
- Implicación: El beneficio por el efecto reapertura será cada vez menor. Además, las presiones inflacionarias y el endurecimiento monetario a nivel global y mundial debilitarán el dinamismo en la demanda (consumo, inversión, exportaciones) y en la actividad económica al cierre de este año y durante buena parte de 2023.
Actividad apunta a un sólido 3T
A tasa mensual y con cifras ajustadas, la actividad económica hilo dos lecturas al alza y apuntó su mayor expansión desde abril. Con ello, quedó apenas 0.2 y 0.5% debajo de niveles pre-covid y de su máximo histórico (agosto 2018), respectivamente. La variación anual fue la mayor en 13 meses, en buena medida, por una baja base de comparación, derivada de la implementación de la ley de subempleo del año pasado.
- Agropecuario (+4.4% a/a, +3.6% m/m*). Segunda alza mes a mes, posiblemente, gracias al desvanecimiento de las sequías extremas de mediados de año; no obstante, sigue sin recuperarse de la contracción de junio (-5.9%).
- Industria (+3.9% a/a, -0.0% m/m*). Retrocedió en el margen tras hilar cinco meses en expansión (dilución cuellos de botella). Sólo la minería subió, la construcción volvió a debilitarse y la manufactura devolvió parte del fuerte avance mensual de julio.
- Servicios (+6.6% a/a, +1.2% m/m*). Se aceleró (+0.6% m/m en julio) y vio su mejor expansión en cuatro meses. Destacó de nuevo el crecimiento en rubros asociados a la reapertura (hospedaje y restaurantes, esparcimiento, transporte). Es la única rama debajo de niveles pre-covid (-0.4%). La tasa anual se aceleró de 0.8 a 6.6% por la débil base en servicios profesionales, reflejo del cambio regulatorio del año pasado en subcontratación laboral.
Riesgos inclinados a la baja para proyección 2023
El beneficio por la dilución de los efectos de la pandemia sobre la actividad (i.e. menos restricciones en producción, normalización gasto) será cada vez menor. Incluso, la latencia de la política de “tolerancia cero” al covid en CHI y de las tensiones geopolíticas, todavía pueden generar estragos en cadenas de proveeduría y en precios de materias primas.
Además, a nivel local y mundial, prevemos que la desaceleración en la inflación sea lenta y que, por ello, los bancos centrales mantengan una postura monetaria restrictiva por un largo periodo. Entonces, con la erosión del poder adquisitivo, altos costos financieros y creciente incertidumbre económica, el consumo privado, la inversión fija y las exportaciones exhibirán menor dinamismo a partir del 4T y durante buena parte de 2023.
Por todo lo anterior, la actividad económica se desacelerará fuertemente el próximo año. Además, consideramos que los riesgos para nuestra estimación del PIB 2023 (+1.7%) exhiben un claro sesgo a la baja.