• Noticia: El Inegi reveló hoy que el Indicador Global de la Actividad Económica para junio creció 1.3% a/a, por debajo del 1.8% esperado por GFB×+ y del 1.6% del consenso; mes a mes y con cifras ajustadas, se expandió 0.4%.
  • Relevante: La actividad vio su primera expansión mensual en tres lecturas, con avances en las tres ramas de la actividad. Sin embargo, todavía se encuentra debajo de los niveles vistos antes de la pandemia.
  • Implicación: La dilución del efecto reapertura, junto con las presiones inflacionarias y el fuerte apretamiento monetario por parte de los bancos centrales nos llevan a estimar un menor dinamismo en la actividad a partir del 4T de este año. Mantenemos nuestros pronósticos de crecimiento del PIB para 2022 y 2023, pero reconocemos que los riesgos están ampliamente sesgados a la baja.

Borra caídas de los dos meses anteriores

A tasa mensual y con cifras ajustadas, la actividad económica logró recuperarse de las caídas de mayo (-0.2%) y junio (-0.3%) pasados. Sin embargo, sigue ubicándose debajo de los niveles prepandémicos (-1.5%) y de su máximo histórico (-1.8%). A tasa anual y con cifras originales, se desaceleró de 1.5 a 1.3%.

  • Agropecuario (-2.4% a/a, +0.8% m/m*). Recupera una pequeña parte de la caída de junio (-6.0% m/m), posiblemente asociado al sólido repunte en la exportación agropecuaria durante el mes (+17.9%).
  • Industria (+2.6% a/a, +0.4% m/m*). Mayor expansión mensual en tres lecturas, lo que se debe a la aceleración en la manufactura (+1.6%), especialmente eq. transporte, maquinaria y electrónica, por la dilución de obstrucciones en cadenas de proveeduría; la minería (-2.5%) y la construcción (-0.9%) se debilitaron. La industria total superó por primera vez niveles pre-covid.
  • Servicios (+0.8% a/a, +0.4% m/m*). Primera expansión en tres lecturas. Las actividades comerciales, de esparcimiento y de hospedaje y preparación de alimentos recuperaron parte las fuertes caídas de mayo y junio. Es la única rama debajo de niveles de inicios de 2020 (-2.1%).

Riesgos inclinados a la baja para proyección 2023

El beneficio por la dilución de los efectos de la pandemia sobre la actividad (i.e. menos restricciones en producción, normalización gasto) seguirá siendo menos visible en adelante. Incluso, la latencia de la política de “tolerancia cero” al covid en CHI, junto con las tensiones geopolíticas, todavía pueden generar estragos en las cadenas de valor y en los precios de materias primas.

Además, prevemos que la desaceleración en la inflación sea relativamente lenta, a nivel local e internacional, lo que llevará a los bancos centrales a seguir endureciendo sus posturas monetarias. Entonces, ante la erosión del poder adquisitivo, mayores costos financieros y menor confianza económica, el consumo privado, la inversión fija y las exportaciones exhibirán menor dinamismo a partir del 4T.

Así, estimamos que el PIB crezca 1.8% este año y 1.7% en 2023. Los riesgos para estas proyecciones están inclinados a la baja, especialmente la de 2023, dada la posibilidad de que la inflación tarde más a lo previsto en ceder y ello detone un apretamiento monetario todavía más agresivo.