• Noticia: Esta mañana, el Inegi publicó el dato de las ventas minoristas para junio, el cual creció 5.9% a/a con cifras originales, y 2.3% m/m con cifras ajustadas por efectos estacionales.
  • Relevante: Mensualmente, rebotó tras su caída anterior, y, de hecho, registró su mayor expansión mensual en 15 meses. Al interior, sólo cinco componentes retrocedieron en el mes. A tasa anual con cifras originales se aceleró a 5.9% desde el 2.6% anterior.
  • Implicación: El consumo privado podría enfrentar un entorno más desafiante en la segunda mitad del año, marcada por una elevada inflación y costos financieros restrictivos. Por otro lado, el dinamismo económico que hemos visto, tanto local como exterior, podría seguir soportando algunas variables relacionadas.

Rebota con fuerza al cierre del trimestre

A tasa anual y con cifras originales, la variable se aceleró a 5.9%, su segundo mayor avance en lo que va del año, posiblemente gracias a un efecto calendario favorable, ya que el mes contó con un viernes más frente junio de 2022. Descontando ese efecto, el crecimiento fue de 5.3%. De esta manera, en el 1S promedió un avance de 4.8%, menor al 7.2% observado en el mismo período de 2022.

En su comparación mensual y con cifras ajustadas, el comercio minorista rebotó 2.3% m/m, el cual fue su mayor crecimiento desde marzo de 2022. El indicador ya se ubica 15.8% por encima de sus niveles prepandémicos.

Al interior, crecieron 18 de 23 categorías, dos más que en junio, destacando el desempeño de algunos rubros discrecionales, especialmente el de ventas por internet, que rebotó tras dos caídas previas (Ver Gráfica 2).

La lectura estuvo respaldada por una mejoría en ciertas variables asociadas al consumo, en especial la inflación al consumidor, que en el mes se moderó de forma generalizada a 5.06%, la menor en 27 meses, y la tasa de desempleo disminuyó a 2.7%, marcando un nuevo mínimo histórico. La captación de remesas, si bien se desaceleró a 8.3% a/a, aún muestra un desempeño positivo.

Gusto no durará mucho

Proyectamos que el consumo se desaceleraría en lo que resta del año, debido a que la inflación permanecería elevada, erosionando el poder adquisitivo de los hogares. Además, las elevadas tasas de interés seguirán restringiendo el crédito al consumo.