• Noticia: Hace unos momentos, el Inegi dio a conocer el dato del consumo privado para agosto, el cual creció 4.1% a/a con cifras originales, y 0.5% m/m con cifras ajustadas por efectos estacionales.
  • Relevante: Mensualmente, la variable se expandió por tercera lectura consecutiva, e incluso fue su mayor alza desde abril. El crecimiento se debió al rubro de bienes de importación, pues el de bienes nacionales se contrajo y el de servicios se estancó.
  • Implicación: Los bajos niveles de desempleo seguirán dando cierto soporte al consumo en los próximos meses. Más adelante, hacia finales de este año y principios del próximo, mostrará signos más claros de agotamiento en gran medida por la elevada inflación, por el restringido acceso al crédito, y en general por la desaceleración de la actividad económica.

Consumo se fortalece por bienes importados

Con cifras originales y en su comparación interanual, la variable se aceleró marginalmente (4.0% ant.). Similarmente, con cifras ajustadas y a tasa mensual creció más que en julio, e, incluso, registró su mayor expansión en cuatro meses.

Descomponiendo el indicador por categorías, la única que reportó desempeño positivo fue la de bienes de importación, que rebotó tras su retroceso anterior, compensando así tanto la contracción en el componente de bienes de origen nacional, como el estancamiento en el de servicios.

La evolución favorable del consumo estuvo asociada especialmente al desempleo, que regresó en el mes a 2.7%, su mínimo histórico; por su parte, la inflación al consumidor continuó moderándose (4.64% a/a vs 4.79% ant.); y la confianza del consumidor escaló a su mayor nivel desde marzo de 2019 (46.8 pts). Todo ello, opacó la pérdida del poder adquisitivo de las remesas (-8.2% a/a en pesos mexicanos).

Consumo enfrentará un frío invierno

Si bien en los próximos meses, los bajos niveles de desempleo seguirán impulsando al consumo, el indicador podría exhibir un desempeño menos favorable en los últimos meses de 2023 y los primeros del 2024, considerando que: i) la inflación seguirá elevada pese a que continuará moderándose; ii) las elevadas tasas de interés seguirán restringiendo el acceso al crédito; iii) el desempleo y la confianza podrían moderarse ligeramente, producto de un menor dinamismo económico; iv) las remesas responderían negativamente al enfriamiento esperado de la economía estadounidense.