• Noticia: Hace unos momentos, el Inegi publicó el dato de las ventas minoristas para septiembre, el cual creció 2.3% a/a con cifras originales, pero se contrajo 0.2% m/m con cifras ajustadas por efectos estacionales.
  • Relevante: Si bien cayó menos que en la lectura anterior, el indicador ya suma tres meses consecutivos en contracción. Al interior, crecieron sólo 9/23 categorías, con algunos rubros discrecionales liderando el avance mensual. En su comparativa anual, el indicador se desaceleró nuevamente y exhibió su segundo dato más débil del año.
  • Implicación: A finales de este año e inicios del próximo, el consumo seguirá debilitándose a medida que se concrete la desaceleración económica, y con ella, se deterioren algunas variables macroeconómicas relacionadas al consumo, como el empleo, la confianza, y las remesas. Así mismo, los elevados costos del financiamiento, también le seguirán restando fuerza a la variable.

Tercer mes perdiendo fuerza

Con cifras originales y a tasa anual, creció 2.3%, su menor expansión desde marzo. Es probable que parte de la moderación se explique porque, a diferencia del año pasado, en 2023 no hubo ‘puente’ por el feriado del Día de la Independencia. Descontando distorsiones del calendario, la variable creció 2.5%.

Con cifras ajustadas y a tasa mensual, se contrajo por tercera lectura consecutiva, aunque menos que en agosto. Al interior, crecieron 9/23 componentes. Con excepción de autos y motocicletas, se observó un descenso en rubros discrecionales; aquellos más defensivos, como tiendas de autoservicios y cuidado personal, lograron expandirse respecto a agosto.

Las ventas se moderaron pese a que el desempleo (2.7%) se mantuvo cerca de mínimos históricos y a que la confianza del consumidor (46.7 pts.) tocó su mayor nivel desde marzo 2019. Sin embargo, la inflación (4.45%) sigue algo elevada pese a moderarse, las remesas en pesos han perdido poder adquisitivo (-3.7% a/a) y han aumentado los costos de los créditos.

Probable que siga enfriándose consumo

En los últimos meses de 2023 y los primeros de 2024, el comercio seguirá mostrando menor tracción. Esto, si el empleo y la confianza se llegaran a deteriorar parcialmente, en un contexto de menor crecimiento económico. Además, la inflación en alimentos continúa elevada, erosionando el poder adquisitivo de los hogares, quienes además seguirán enfrentando condiciones financieras restrictivas, producto del apretamiento monetario de Banxico. Así mismo, el menor dinamismo previsto para la economía de EE. UU. restaría fuerza al envío de remesas.