• Noticia: Hace unos momentos, el Inegi dio a conocer el dato del consumo privado para el último mes de 2023, el cual creció 4.4% a/a con cifras originales, y 0.2% m/m con cifras ajustadas por efectos estacionales.
  • Relevante: La variable creció por segunda lectura consecutiva, aunque perdió fuerza respecto a noviembre. Al interior, el único componente que se contrajo fue el de bienes de importación. En su comparación anual el índice general se moderó.
  • Implicación: El consumo privado exhibiría cierta resiliencia en la primera parte de 2024, gracias a condiciones favorables de algunas variables relacionadas (desempleo; confianza). Más adelante en el año, podría comenzar a debilitarse en gran medida por la desaceleración económica generalizada, aunque también seguirá resintiendo la elevada inflación y los altos costos financieros.

Consumo local salva lectura

A tasa anual y con cifras originales, el consumo se desaceleró a 4.4%, su menor crecimiento desde julio. En todo 2023 se expandió 4.4%, debajo del 8.9 y 5.2% de 2021 y 2022, respectivamente.

Mes a mes y con cifras ajustadas por estacionalidad, avanzó por segunda lectura, pero se desaceleró respecto a noviembre (0.7%). El segmento de bienes de origen nacional rebotó y los servicios mostraron su mayor alza en siete meses. Lo anterior más que compensó el retroceso en los bienes de importación.

Es probable que el dato estuviera soportado por los bajos niveles de desempleo, que en diciembre se mantuvo cercano a sus mínimos históricos (2.8%). Ello opacó el ligero deterioro en la confianza de los consumidore (-0.4 pts. m/m), el repunte en la inflación (4.66% a/a) y la pérdida del poder adquisitivo de las remesas en pesos (-11.0% a/a).

2024 apunta a crecimiento menos robusto

Estimamos que, en las próximas lecturas, la actividad comercial continúe beneficiándose de los bajos niveles de desempleo, el crecimiento en salarios y los elevados niveles de confianza.

Sin embargo, es probable que, conforme avance el año, la actividad económica se desacelere, lo que supondría menor fuerza en la generación de empleos y, al mismo tiempo, que se erosione algo la confianza de los consumidores. Así mismo, un menor crecimiento económico y en el empleo en los EE. UU. restaría dinamismo a la captación de remesas en MX. Además, proyectamos que la inflación descienda lentamente, manteniéndose algo elevada y lastimando el poder adquisitivo de los hogares. Finalmente, las tasas de interés, aunque bajarán algo este año, seguirán altas, restringiendo el acceso al crédito.