• Noticia: Hace unos momentos, el Inegi publicó el dato de las ventas minoristas para marzo, el cual cayó 1.7% a/a con cifras originales, y 0.2% m/m con cifras ajustadas por efectos estacionales.
  • Relevante: La variable se contrajo mensualmente tras rebotar en febrero, siguiendo el retroceso del 70% de sus componentes (16/23). En su comparativa anual, el comercio minorista exhibió su peor caída en 39 meses.
  • Implicación: En el 2T24, el comercio podría mostrar cierta recuperación, apoyado por el mayor gasto público en programas sociales, típico de cada año electoral y por los bajos niveles de desempleo. Aunque más adelante en el año, factores como la desaceleración económica, la elevada inflación, y el restrictivo acceso al crédito, impactarán de forma negativa en la variable.

Actividad comercial no levantó en el 1T

Con cifras originales, exhibieron en marzo su peor caída interanual desde enero de 2021, y promedió 0.2% en el 1T No obstante, descontando los efectos del calendario, las ventas crecieron 0.4% a/a en marzo, debido a las distorsiones por la Semana Santa, la cual un año antes tuvo lugar hasta abril.

Con cifras desestacionalizadas, el comercio también retrocedió a tasa mensual, promediando una variación negativa por tercer trimestre consecutivo / retrocediendo así en ocho de los últimos 12 meses.

Al interior, se contrajeron mes a mes 16/23 componentes. Si bien artículos de calzado y recreativos avanzaron, el resto de los rubros discrecionales –incluyendo aquellos de alto ticket (autos, muebles)- encabezaron el retroceso mensual (Ver Gráfica 2).

Por su parte, en marzo, la inflación se aceleró a 4.42% a/a, la tasa de desempleo subió a 2.7% luego de tocar un mínimo histórico en febrero, y las remesas en pesos siguieron cayendo (-11.2% a/a). Todo lo anterior pudo restar fuerza al consumo en el mes.

Posible algo de estabilidad en el futuro muy inmediato

Para el 2T, el consumo privado podría dejar de debilitarse, ayudado por el crecimiento en el empleo y los salarios, así como por la posibilidad de que se adelante la entrega de algunos programas sociales, como se ha observado en otros años electorales.

Para el segundo semestre, el efecto del adelanto de programas sociales puede revertirse. Además, si la actividad económica en general se desacelera, ello restaría vigor al empleo y la confianza. Así mismo, aunque prevemos que bajen algo, la inflación y las tasas de interés continuarán algo elevadas, limitando el poder adquisitivo de los hogares y el acceso al crédito, respectivamente.