- Noticia: La inflación al consumidor durante la 1Q de mayo creció 4.78% a/a, apenas debajo del 4.81% proyectado por GFB×+ y arriba del 4.75% del consenso. El índice subyacente* se expandió 4.31%, en línea con nuestra previsión y la del consenso.
- Relevante: La inflación interanual se aceleró y vio su mayor desde la 2Q de enero, debido al aumento en productos agropecuarios y energéticos. El subyacente creció a su menor ritmo en tres años, al tiempo que la variación de las mercancías continuó cediendo y los servicios no han mostrado un claro punto de inflexión.
- Implicación: Estimamos que un ajuste en la tasa objetivo podría tener lugar en junio solo si las siguientes lecturas de inflación comienzan a exhibir menor presión, se diluyen algunos riesgos sobre el panorama y las condiciones financieras no se deterioran.
Retroceso quincenal estacional
La variación quincenal retrocedió, como es usual a inicios de mayo, por la entrada en vigor de las tarifas eléctricas de temporada cálida en 11 ciudades del país. Sin embargo, el descenso fue menor al de la 1Q de mayo de 2023, dado el incremento en productos agropecuarios y en gasolinas.
La variación quincenal del subyacente fue la menor en cinco años para un mismo periodo, debido al menor dinamismo en mercancías, con algunas incluso presentando retrocesos, como ropa y electrodomésticos.
Energía y alimentos continúan presionando variación interanual
La variación interanual aumentó por tercera quincena y apuntó su mayor variación desde la segunda mitad de enero, ante un mayor dinamismo en los dos componentes del índice no subyacente, agropecuarios y energéticos.
El índice subyacente creció a su menor ritmo desde la 1Q mayo de 2021. Por un lado, las mercancías continuaron desacelerándose, derivado de la dilución de los choques de años pasados (pandemia, guerra Ucrania) y la apreciación cambiaria. Por otro lado, los servicios siguen sin presentar un claro punto de inflexión, probablemente por un traspaso más gradual de los choques de años pasados y por su mayor sensibilidad al aumento en los salarios. En esta lectura se observó una marginal aceleración, especialmente en los de vivienda, mientras que el resto exhibió descensos mínimos.
Ajuste en mayo no está del todo “cantado”
Estimamos que la inflación interanual exhiba cierta desaceleración a lo largo del presente año. Sin embargo, reconocemos que el panorama todavía es incierto y predominan los riesgos al alza.
Si bien la dilución de los choques de años pasados contribuirá cada vez menos al proceso de desinflación, la expectativa de un menor ritmo de crecimiento económico para este 2024 nos lleva a estimar que los precios se moderarán algo más. No obstante, advertimos que el proceso no será lineal y es altamente probable que la inflación no baje del 4% (límite superior del rango de tolerancia de Banxico) hasta 2025. Esto, debido a que, por un lado, dentro del índice subyacente, los servicios mantendrán cierta renuencia a bajar, principalmente por el traspaso de las presiones salariales acumuladas. Dicha renuencia se agravaría en caso de que la actividad económica resulte más resiliente a lo previsto y/o se desanclen las expectativas de precios de los agentes económicos. Por otro lado, las tensiones geopolíticas actuales y los eventos climáticos (e.g. sequías) pueden mantener elevados los precios de productos energéticos y alimentarios.
En la última reunión, la Junta de Gobierno de Banxico elevó el pronóstico de inflación, y afirmó que persisten “retos y riesgos que ameritan un manejo prudente de la política monetaria” y que “valorará el panorama inflacionario para discutir ajustes en la tasa de referencia”. Por otro lado, las condiciones financieras han sido favorables, con el tipo de cambio apreciándose 0.9% desde la reunión del 9 de mayo. Con todo lo anterior, estimamos que un ajuste en la tasa objetivo podría tener lugar en junio solo si las siguientes lecturas de inflación comienzan a exhibir menor presión, se diluyen algunos riesgos sobre el panorama y las condiciones financieras no se deterioran.