Sueño profundo durará unos meses más

Recortamos nuestra estimación para el crecimiento real del PIB este año a 0.5% [0.1% – 0.9%], principalmente debido a:

i)Un cierre de 2024 más débil a lo previsto;

ii)La materialización de una política comercial en los EE. UU. más agresiva y errática a lo asumido previamente;

iii)Menor dinamismo esperado para la economía y la actividad industrial en los EE. UU., por la incertidumbre ocasionada por las políticas del Gobierno de ese país

Las tarifas y la desaceleración económica en los EE. UU. impactarán a la exportación en México. Ello, junto con la incertidumbre y tasas de interés reales altas, supone una prolongada atonía en la inversión, que a su vez afectará al empleo y al consumo privado discrecional. Prevemos que esta dinámica sea más visible en el 1S25.

Actividad puede despertar en la segunda parte del cuento

México cuenta con contrapesos para encarar este entorno.

Primero, el último anuncio de tarifas en los EE. UU. parece dar cierta ventaja a México contra otras naciones (e. g. China) en el mercado estadounidense. Además, es posible que las disputas entre México, EE. UU. y Canadá se vayan resolviendo, y/o se adelante la revisión del T-MEC.

Tercero, diversas condiciones macroeconómicas del país ofrecen resiliencia en el contexto actual: el compromiso de Hacienda con las metas fiscales; un banco central autónomo; una sólida posición externa; y, la libre flotación del peso – ya depreciado contra su nivel fundamental – permite absorber parte del choque por tarifas.

Así, conforme la incertidumbre ceda, la actividad empezará a mejorar a partir del 2S25. La recuperación se extendería a 2026, donde prevemos un crecimiento del PIB de 1.7%.