- Noticia: EI INEGI publicó su Indicador Mensual del Consumo Privado para mayo, que vio un retroceso de 1.6% a/a con cifras originales, mientras que con cifras ajustadas por estacionalidad observó una contracción de 1.0% m/m.
- Relevante: El indicador mostró una caída respecto al mes previo, principalmente por la disminución en el consumo de bienes y servicios de origen nacional. Cabe destacar que el resultado fue mucho más negativo que lo anticipado por el Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP), que proyectaba una contracción de solo 0.3%.
- Implicación: El consumo perdió dinamismo en mayo, afectado por la apreciación del tipo de cambio y el aumento en la tasa de desempleo. Se espera que el gasto discrecional continúe limitado por la débil creación de empleo, la baja confianza del consumidor, el alza en los precios de alimentos y servicios, la incertidumbre en la política comercial y condiciones financieras aún restrictivas. .
Caída generalizada
La variable se ubicó a tasa anual 1.6% con cifras originales, hilando dos meses consecutivos en terreno negativo. La baja reflejó el menor dinamismo en bienes nacionales e importados.
De manera similar, las cifras desestacionalizadas vieron una caída anual de 0.9% a/a, retomando su tendencia negativa tras el breve repunte de abril. A tasa mensual, el indicador se ubicó en -1.0%, debajo de lo anticipado por el Indicador Oportuno del Consumo privado (-0.4%) y registrando su mayor descenso desde diciembre. El desempeño fue desfavorable en la mayoría de los componentes, con excepción de los bienes importados, que registraron un ligero repunte. Este comportamiento se explica por la apreciación del peso frente al dólar, lo cual abarató las importaciones y favoreció el incremento en este componente.
Este comportamiento refleja una mayor cautela por parte de los consumidores en sus decisiones de gasto. Esto respondió a un entorno de elevada incertidumbre económica, reforzada por un aumento en los precios de mayo, y un ligero aumento en la tasa de desempleo. Por otro lado, aunque los bienes importados mostraron un leve repunte, este parece estar vinculado a eventos específicos, como la reciente apreciación del tipo de cambio, más que a una tendencia sostenida.
Consumo enfrenta panorama desafiante
El consumo privado aún podría encontrar cierto respaldo en los bajos niveles de desocupación y el crecimiento en los salarios reales, si bien han surgido señales de enfriamiento en el empleo formal. Por su parte, la confianza del consumidor apunta hacia un patrón de gasto más cauteloso por parte de los hogares. Además, si bien se espera que las tasas de interés continúen descendiendo, no se descarta una posible pausa en el ciclo de recortes ante las presiones inflacionarias. Esta situación, por un lado, seguiría erosionando el poder adquisitivo y, por otro, mantendría restringidas las condiciones de acceso al financiamiento. Finalmente, un mayor debilitamiento del mercado laboral o la implementación de políticas migratorias y fiscales más estrictas en los Estados Unidos podrían traducirse en una menor entrada de remesas, afectando negativamente el ingreso disponible de los hogares que dependen de ellas.