- Noticia: El INEGI reveló hoy el Índice de Actividad Industrial para agosto, el cual creció 5.5% a/a, por arriba de nuestro pronóstico (4.0%) y el del consenso (4.1%). A tasa mensual y con cifras ajustadas, avanzó 0.4%.
- Relevante: Crece de nuevo, aunque con menor fuerza que en julio. La minería se debilitó ante los incidentes de Pemex, mientras que la construcción y la manufactura se expandieron, esta última, pese a los efectos de la variante Delta del virus.
- Implicación: Aunque la expectativa de una sólida demanda, especialmente externa, favorece a la industria mexicana, es preocupante que se extiendan las disrupciones en la producción, asociadas al último rebrote del virus y a la posibilidad de una crisis energética durante el invierno.
Segunda expansión; baja velocidad
La desaceleración interanual se debió a una base comparativa menos débil, dado el proceso de reapertura económica de hace un año. Con cifras ajustadas, mostró su segundo avance mensual al hilo, aunque con menor fuerza que en julio (1.2%), ante el rebrote mundial del virus e incidentes en la industria petrolera. Sigue debajo de su nivel pre-pandemia (-2.4%).
- Minería (1.9% a/a, -0.1% m/m). Hila tres bajas mensuales. En agosto, la minería petrolera (-2.4%) cayó ante los incidentes en una plataforma de Pemex, eclipsando el avance en la no petrolera (1.1%).
- Construcción (8.7% a/a, 1.9% m/m). Crece por segundo mes, con mejoras tanto en edificación como en ing. civil, no obstante que la confianza empresarial del sector se debilitó. Se mantiene como la industria más rezagada.
- Manufactura (6.6% a/a, 0.2% m/m). Único componente arriba del nivel pre-pandemia. La expansión se da pese a la caída en las exportaciones y más disrupciones en la producción, asociados al rebrote mundial del virus, que pesaron en industrias como eq. transporte (-0.9%).
Virus y crisis de energía: nublan panorama de corto plazo
Aunque se mantiene la expectativa de que la industria de la manufactura responderá a mejoras adicionales en el consumo, interno y en los EE.UU., y a la necesidad de suplir inventarios, consideramos que el último rebrote del virus mantendrá afectadas a las cadenas de suministro. Además, la posibilidad de una crisis energética durante el invierno implica altos precios del petróleo, gas y carbón, y más disrupciones en la producción.
Aunque la minería petrolera puede aprovechar el mayor precio del crudo, la no petrolera está expuesta a la desaceleración en China, importante consumidor de metales, dados los eventos en su sector inmobiliario.
Finalmente, anticipamos que la construcción siga reflejando un regreso más pausado que el resto. Por un lado, algunos factores detonarán proyectos, como el reacomodo industrial global (nearshoring, T-MEC) y la buena expectativa para el sector exportador. Por el otro, el Paquete Económico confirmó que la inversión pública seguirá acotada a unas cuantas obras insignia, sigue habiendo un entorno de incertidumbre económica y jurídica en sectores clave (energía), la crisis dejó una amplia capacidad ociosa en ciertas industrias, y el ciclo de alza en tasas de interés encarecerá el financiamiento de nuevos proyectos.