• Noticia: El INEGI publicó esta mañana el Índice de Actividad Industrial para noviembre, el cual creció 3.2% a/a, por arriba de nuestra proyección y la del consenso (2.8%). A tasa mensual y con cifras ajustadas, se estancó.
  • Relevante: Se estancó tras repuntar en el mes inmediato anterior, manteniéndose 0.6% debajo de los niveles vistos en enero de 2020 (pre-pandemia). El avance en construcción fue eclipsado por los retrocesos en minería y manufactura.
  • Implicación: Algunas obstrucciones en cadenas de proveeduría podrían seguir cediendo, más con el relajamiento de medidas covid en CHI. Por otro lado, el principal reto para la actividad surge por el lado del gasto (consumo, inversión, exportaciones), el cual prevemos que se enfríe ante la elevada inflación, mayores costos financieros y la creciente incertidumbre económica.

Posible presión por debilidad externa, cadenas suministro

La variación mensual en noviembre, con cifras ajustadas, prácticamente estancó (0.02%) tras repuntar 0.4% en la lectura anterior, con lo que la variable se mantuvo 0.6% debajo de niveles pre-covid.

  • Minería (-0.5% a/a, -0.5% m/m). Devolvió parte del alza previa (1.7% m/m), ante la contracción en la minería petrolera; la no petrolera rebotó, siguiendo al regreso en la cotización de algunos metales (oro, plata, cobre).
  • Construcción (1.8% a/a, 0.7% m/m). Hiló tres meses al alza, aunque se desaceleró (1.0% m/m ant.) y sigue lejos de niveles pre-pandemia (-7.9%). Por segunda ocasión, todos sus componentes avanzaron.
  • Manufactura (4.6% a/a, -0.5% m/m). Tras el respiro del mes previo (0.2% m/m), vuelve a debilitarse, ante el retroceso mensual en la exportación manufacturera. Además, el endurecimiento de medidas covid en CHI pudo presionar las cadenas de suministro, lo que parece confirmarse con el descenso en las importaciones de bienes de uso intermedio. La manufactura es la única rama arriba de niveles pre-covid.

Producción resentirá desaceleración en demanda

En el corto plazo, la dilución de obstrucciones en cadenas globales de valor –más con el reciente relajamiento de medidas covid en CHI– seguirá apoyado el panorama para la producción industrial, aunque las tensiones geopolíticas siguen siendo un riesgo en este sentido.

Aunque la reapertura en CHI y la resiliencia inicial del gasto en los EE. UU. pueden ofrecer algo de estabilidad a la demanda global, seguimos anticipando que esta se debilite, en función de la erosión del poder adquisitivo, el apretamiento monetario y la menor confianza económica. El efecto de la inflación, el alza en tasas de interés y la incertidumbre también impactarán a la demanda interna. Así, la desaceleración en exportaciones, consumo privado e inversión implicará un menor crecimiento en la producción industrial durante 2023.

Por otro lado, en el mediano plazo, MX se beneficiaría del proceso de relocalización de proveedores de la industria norteamericana que hoy se encuentran en regiones remotas (e.g. Asia). Esto, ante la necesidad de cadenas de suministro resilientes, evitar afectaciones por las disputas sino-americanas y para cumplir con las normas del T-MEC.