Indicador alternativo de inflación 

El indicador de Inflación CDMX BX+ calcula las variaciones mensuales de precios de una canasta de bienes y servicios para la clase media de la CDMX ($50 mil promedio al mes por hogar). Se trata de un indicador alternativo al publicado por el INEGI ya que atiende a un segmento en particular de la población. El objetivo de la nota es ayudar a la toma de decisiones de inversión mediante el conocimiento de los rendimientos reales (descontando inflación) en la creación de patrimonio.

Fin de efecto ‘vacaciones’

Registramos en agosto un menor crecimiento mensual que en junio, en buena medida, debido a la estacionalidad asociada al período vacacional de verano en el componente de Esparcimiento y cultura. Se observaron descensos en los precios de boletos de transporte terrestre y aéreo, y paquetes turísticos, así como en artículos para la recreación.

Otros dos componentes también variaciones mensuales negativas: Transporte, por el rubro de autopartes; y, Vivienda, por el de servicios de internet.

En contraste, los rubros que más se presionaron durante agosto fueron: Ropa, que comienza a reflejar el cambio de temporada (suéteres, chamarras, botas), pero también por artículos relacionados al regreso a clases y al trabajo (traje, falda, zapatos); y, Artículos para el hogar, que incluye muebles y electrodomésticos.

El componente de Supermercado también mostró un avance considerable, con alzas tanto en productos alimenticios frescos y procesados (pimienta negra, cajeta, tomate saladette), como en artículos de limpieza del hogar (blanqueadores, insecticidas).

Recorrido a la baja aún no se completa

Se estima que la inflación siga cediendo en el horizonte, ante la dilución de los choques de oferta de años pasados y la expectativa de una desaceleración en la actividad económica y el consumo. No obstante, el panorama todavía exhibe riesgos: i) mayores precios de productos energéticos y agropecuarios, por el incremento en los precios internacionales del petróleo y la posible conformación fenómenos climáticos (“El Niño”), respectivamente; ii) una mayor resiliencia en el consumo; iii) presiones salariales más persistentes; y, iv) que se contaminen las expectativas de precios de los agentes económicos.