Indicador alternativo de inflación 

El indicador de Inflación CDMX B×+ calcula las variaciones mensuales de precios de una canasta de bienes y servicios para la clase media de la CDMX ($50 mil promedio al mes por hogar). Se trata de un indicador alternativo al publicado por el INEGI ya que atiende a un segmento en particular de la población. El objetivo de la nota es ayudar a la toma de decisiones de inversión mediante el conocimiento de los rendimientos reales (descontando inflación) en la creación de patrimonio.

Efecto vacacional

El segmento que más creció mensualmente dentro de nuestro indicador fue el de Esparcimiento. Esto, ante el incremento en la demanda por este tipo de servicios que típicamente tiene lugar durante las vacaciones de Semana Santa. Los genéricos que reportaron un mayor dinamismo fueron los servicios de recreación, boletos de autobús y avión, y paquetes turísticos.

Por razones similares, otra alza notable se pudo observar en el componente de Ropa y Accesorios, pues algunos artículos asociados al período vacacional también se presionaron en el mes (sandalias, traje de baño, lentes de sol).

También destacó el aumento en la gasolina, dentro de Transporte, en línea con los mayores precios internacionales del petróleo (el WTI subió 6.7% en marzo, su mayor avance mensual en cinco lecturas).

En el componente de Supermercado, la presión en la categoría de artículos de higiene personal opacó el retroceso en las de alimentos y artículos para la limpieza del hogar.

“Calorcito” en precios tardará en ser controlado

Estimamos que la inflación interanual ceda en los próximos meses, gracias a la restricción monetaria acumulada, la desaceleración en la actividad económica y la apreciación cambiaria. No obstante, permanecerá algo elevada y, además, prevalecen riesgos sobre el panorama, como las fuertes presiones salariales acumuladas, lo que afecta particularmente a la CDMX, pues su economía es mayoritariamente de servicios (intensiva en mano de obra). Además, los factores climáticos (sequías) y geopolíticos podrían presionar los precios de bienes agropecuarios y energéticos, respectivamente.