• Noticia: Hace unos momentos, el Inegi publicó el dato de las ventas minoristas de febrero, el cual creció 3.0% a/a con cifras originales, y 0.4% m/m con cifras ajustadas por efectos estacionales.
  • Relevante: El indicador del comercio minorista se expandió mensualmente por primera vez luego de tres caídas consecutivas. Al interior, 16/23 rubros crecieron, nueve más que en enero. A tasa anual, el indicador también rebotó luego de dos meses retrocediendo al hilo.
  • Implicación: Al cierre del 1T, el comercio seguirá recuperándose de sus caídas registradas al cierre de 2023 e inicios de 2024, en gran medida gracias a los bajos niveles de desempleo. No obstante, más adelante en el año comenzará a resentir los efectos de la desaceleración económica, y seguirá restringida por la elevada inflación y los elevados costos del crédito.

Corta racha negativa

Con cifras originales y a tasa anual, el indicador rebotó a 3.0%, tras dos meses en terreno negativo, aunque en parte gracias a contar con un día adicional respecto a febrero 2023 (año bisiesto). Al descontar ese efecto calendario, el crecimiento fue de sólo 0.3%.

Con cifras ajustadas y a tasa mensual también rebotó y puso fin a una racha de tres meses en contracción, pero se mantuvo debajo de los niveles de octubre. Dentro del índice, 16 de 23 categorías exhibieron un desempeño positivo, frente a las 7 del mes anterior. Destacó el repinte en algunos rubros asociados al consumo discrecional (departamentales, ropa, calzado, muebles y enseres domésticos, en línea).

Además del impulso que proporcionó el día adicional, la actividad comercial pudo ser favorecido por otras variables: la tasa de desempleo bajó a 2.6%, un mínimo histórico; la inflación al consumidor se desaceleró de 4.88 a 4.40% a/a; la confianza del consumidor vio un máximo en cuatro meses (47.2 pts). Todo ello, más que compensó la pérdida del valor de las remesas en pesos.

Estabilidad en el corto plazo

En la primera mitad del año, el comercio seguirá soportado por los bajos niveles de desempleo y el crecimiento en salarios reales. Además, como es usual en cada año electoral, probablemente se adelanten algunos programas de apoyo social en los primeros meses.

Posteriormente, prevemos un dinamismo algo menos favorable. Conforme la actividad económica se desacelere, el empleo y la confianza perderán algo de fuerza. Además, la inflación bajará lentamente, erosionando el poder adquisitivo, mientras que las tasas de interés y el costo del financiamiento descenderán más lentamente a lo previsto anteriormente (ver: Perspectivas).