• Noticia: Hace unos momentos, el Inegi publicó el dato de las ventas minoristas para septiembre, el cual se contrajo 1.5% a/a con cifras originales, pero creció 0.1% m/m con cifras ajustadas por efectos estacionales.
  • Relevante: El indicador creció al mismo ritmo que en agosto, y con ello ya sumó tres meses consecutivos en expansión. Al interior, más de la mitad de sus componentes (57%) reportaron un desempeño positivo. A tasa anual retrocedió por quinto mes.
  • Implicación: En el último trimestre del año, en el contexto de la desaceleración generalizada, el consumo se centraría en sus segmentos más defensivos (consumo básico), mientras que los discrecionales podrían perder algo de fuerza, aunque, en cualquier caso, seguirá acotado por la elevada inflación, las tasas de interés aún elevadas, y el deterioro de la confianza.

Tenue mejora durante fiestas patrias

En su comparación anual y con cifras originales, la variable amplió ligeramente sus pérdidas (-1.5 vs 0.8% ant.), pero ya sumó cinco meses consecutivos en contracción, su peor racha en cuatro años.  Así, en todo el 3T24 promedió un retroceso de 1.0%.

Por otro lado, con cifras desestacionalizadas, la variación mensual sumó tres lecturas en terreno positivo, tras contraerse de forma significativa en junio. No obstante, al igual que en agosto, se expandió marginalmente. Incluso, 13 de sus 23 categorías crecieron en el mes, cinco más que en la lectura previa. Algunas discrecionales lideraron el alza mensual (ver Gráfica 2).

Dicho avance mensual en el comercio fue respaldado por niveles de desempleo todavía cercanos a su mínimo histórico, pues incluso pasaron de 2.8 a 2.7% entre agosto y septiembre. Además, si bien las remesas en dólares retrocedieron 4.6% a/a, en pesos crecieron 7.9%. Finalmente, la inflación al consumidor se desaceleró a 4.58%, lo que también ayudó. Todo ello compensó el ligero deterioro en el ánimo de los consumidores, pues el índice de confianza del consumidor (ICC) pasó de 47.8 a 47.4 pts.

Crecimiento en el 4T sin muchos catalizadores nuevos

De cara al cierre de año, prevemos que el consumo privado encuentre cierto soporte en los bajos niveles de desempleo y el crecimiento en salarios. No obstante, probablemente el gasto más discrecional pierda algo más de fuerza, respondiendo a la moderación en la creación de empleo formal, en un contexto de bajo crecimiento económico. Además, la inflación en alimentos se mantiene elevada y ello limita el ingreso disponible de los hogares para otras erogaciones. Por su parte, aunque seguirían bajando, las altas tasas de interés pueden restringir todavía el acceso al financiamiento. Finalmente, las remesas pueden perder vigor si se enfría el mercado laboral estadounidense, si bien su valor en pesos se vería compensado por la depreciación cambiaria.