- Noticia: Hace unos momentos, el Inegi dio a conocer el dato del consumo privado correspondiente a diciembre de 2024, el cual se contrajo 0.7% a/a con cifras originales, y 1.1% m/m con cifras ajustadas por efectos estacionales.
- Relevante: Tras rebotar la lectura anterior, la variable regresó a terreno contractivo, más aún, anotó su segunda mayor caída en todo 2024. Al interior, sólo el componente de los servicios exhibió un desempeño positivo. En términos anuales cayó por primera vez en casi cuatro años.
- Implicación: A inicios de 2025, el consumo privado seguirá perdiendo fuerza, especialmente en sus segmentos más discrecionales, en medio de un contexto de desaceleración económica, mientras que las secciones básicas podrían encontrar aún algo de soporte en los bajos niveles de desempleo y el crecimiento de los salarios. En ambos casos la pérdida del poder adquisitivo de los hogares ante una elevada inflación, prevalece como un riesgo.
Servicios muestran algo de resiliencia
La variación interanual con cifras originales del consumo privado se contrajo 0.7%, su primer retroceso desde febrero de 2021. Al contarse con un viernes y un sábado menos vs. dic. 2023, la cifra corregida por efectos del calendario bajó todavía más (-1.8%). Así, en todo 2024 promedió un alza de 2.9%, la más baja desde 2020.
Mensualmente y con cifras ajustadas por estacionalidad, el indicador registró su peor caída desde enero, tras rebotar en noviembre. Entre segmentos, el retroceso se explicó por la baja tanto en el de bienes nacionales (-1.8%), como por el de bienes de importación (-4.2%), que tuvieron sus peores caídas en ocho y tres meses, respectivamente. El rubro de servicios fue el único en avanzar, incluso se aceleró contra noviembre (0.4 vs 0.2%).
Posiblemente, la moderación en el gasto siguió al menor ánimo de los consumidores, pues el índice de confianza bajó a 47.0 pts, su menor nivel en siete meses. Lo anterior opacó la moderación en la inflación general (4.21% a/a) y en los niveles de desempleo (2.6%), y el crecimiento de las remesas en pesos (16.8% a/a).
2025 será un año de retos
El bajo desempleo y el crecimiento en salarios aún darán cierto soporte al gasto, si bien la creación de empleo formal se enfría en un contexto de bajo crecimiento económico. La depreciación del tipo de cambio favorece el crecimiento en pesos de las remesas, aunque estas pueden resultar afectadas por la moderación en el empleo y una política migratoria agresiva en los EE. UU. Por otro lado, en caso de escalar el conflicto comercial, la inflación puede ser más renuente a bajar, especialmente en bienes importados, erosionando el poder adquisitivo de los hogares. Una mayor inflación a lo esperado puede provocar que las tasas de interés y el costo del financiamiento al consumo bajen menos rápido.