- Noticia: La inflación al consumidor durante marzo de 2024 creció 3.80% a tasa anual, prácticamente en línea con nuestra previsión de 3.81% y el 3.79% del consenso. El índice subyacente* se expandió 3.64%, trivialmente debajo de nuestro pronóstico (3.66%) y el del consenso (3.65%).
- Relevante: La inflación interanual creció por tercer mes, pero se mantuvo debajo del 4%. El índice subyacente no vio mayor cambio contra la lectura previa. Al interior de este, el alza en mercancías se compensó por la menor fuerza en servicios.
- Implicación: Los retos sobre el panorama inflacionario y la volatilidad financiera sugieren que la restricción monetaria debe recalibrarse con cautela. No obstante, BANXICO en su comunicado de marzo reitero el tono laxo en su guía prospectiva.
Inflación mensual: Frutas y verduras siguen quitando presión
El crecimiento mensual fue superior al del mismo periodo de 2023 y 2024. Destacó el alza en productos pecuarios (carne de res, camarón, pescado) y en servicios relacionados al turismo (transporte aéreo, paquetes turísticos). Estos últimos usualmente comienzan a subir previo al inicio de la Semana Santa. Por otro lado, resaltaron los retrocesos en energéticos (gasolina) y frutas y verduras (cebolla, papa, chayote).
Variación interanual: Subyacente sin progresar, mixta al interior
La variación interanual se aceleró por tercer mes al hilo, si bien este año se ha mantenido abajo del 4%. Esto al tiempo que el índice no subyacente se reacelera por la baja base comparativa en productos agropecuarios, eclipsando la moderación en energía.
Él subyacente se ha estancado en las últimas cuatro lecturas algo tras el piso que hizo en noviembre pasado. El apartado de mercancías creció a su mayor ritmo en siete meses, en cierta medida por una baja base de comparación, la depreciación cambiaria y posibles efectos del aumento de los aranceles a países sin tratado de libre comercio. En un entorno de bajo crecimiento económico, los servicios siguen cediendo. No obstante, todavía exhiben variaciones muy superiores al promedio histórico, lo que reflejaría efectos de las presiones salariales. La baja ha sido más evidente en servicios distintos a vivienda y educación, lo que, en esta lectura, fue favorecido por el efecto calendario de la Semana Santa (este año se celebrará un poco después que en 2024).
Pese a debilidad económica, panorama inflacionario es complicado
Prevemos que este año el crecimiento interanual en el índice nacional de precios al consumidor (INPC) cierre el año alrededor de los niveles actuales. Dicho lo anterior, reconocemos que prevalecen riesgos al alza y ha aumentado la incertidumbre sobre el panorama.
En principio, el bajo crecimiento económico este año ejerce presión a la baja sobre el crecimiento interanual del INPC. Si bien esto sería más evidente en el rubro de los servicios, estos mantendrían una variación superior a su promedio histórico derivado de las presiones salariales acumuladas en los últimos años, que no han sido acompañadas por un aumento proporcional en la productividad laboral. Por su parte, el rubro de las mercancías puede extender su reciente repunte, por una baja base comparativa y ante la depreciación cambiaria. Asimismo, no pueden descartarse nuevos choques en el índice no subyacente a raíz de las tensiones geopolíticas y condiciones climáticas adversas. Finalmente, las políticas comerciales proteccionistas en los EE. UU. representan – en el mejor de los casos – un foco adicional de incertidumbre.
El contexto actual requiere prudencia al ajustar la magnitud de la restricción monetaria. Aunque la inflación lleva tres lecturas debajo del 4%, el subyacente ha dejado de mostrar una clara tendencia descendente y su panorama es altamente complejo. Además, recientemente se acentuó la volatilidad financiera global por el recrudecimiento de las disputas comerciales. No obstante, en su última reunión de política monetaria, BANXICO decidió por unanimidad recortar en 50 pb. la tasa objetivo y reiteró en su guía prospectiva que quizás vuelva a contemplar ajustes similares en el referencial. Con todo lo anterior, nuestro escenario central es que en mayo el Banco Central baje la tasa objetivo en 25 pb., si bien reconocemos la posibilidad de que se repita un ajuste mayor.