• Noticia: Esta mañana el INEGI publicó el dato del Indicador de Consumo Privado en el Mercado Interno para diciembre de 2022, el cual creció 3.3% a/a con cifras originales y 1.0% m/m con cifras desestacionalizadas.
  • Relevante: El indicador se recuperó del retroceso previo y exhibió su mejor expansión mensual en 10 lecturas. Todos sus componentes se expandieron, liderados por el de los servicios. A tasa anual y con cifras originales, la variable se desaceleró por cuarta lectura consecutiva. En todo 2022, el crecimiento anual promedio fue de 6.6%.
  • Implicación: El consumo privado se desacelerará en 2023, ante el deterioro en el poder adquisitivo -asociado a una inflación todavía elevada- y en función del incremento en los costos de los créditos. Así mismo, la desaceleración económica esperada llevaría a un menor dinamismo en el empleo, no obstante este podría mostrar cierta resiliencia al inicio del año.

Retoma senda positiva al cierre del año pasado

El crecimiento promedio interanual en todo 2022 fue de 6.6%: el mejor desde el año 2000, descontando 2021, cuando se observó el efecto rebote tras la crisis pandémica.

Con cifras ajustadas por estacionalidad, en diciembre pasado, el consumo vio su mayor alza mensual en 10 lecturas, borró el retroceso de noviembre (-0.7% m/m) y se colocó 3.6% arriba de niveles pre-covid. Todos los componentes del gasto se expandieron, liderados por los servicios (mejor lectura en 12 meses), seguidos por los bienes de origen nacional y los bienes importados.

El ímpetu que la variable mostró al cierre de año se puede explicar por una tasa de desocupación en mínimos de 17 años (3.0%), la aceleración en las remesas (12.8% a/a) y un alza en el ICC (42.7 pts., +0.7 pt m/m). Todo ello habría el efecto adverso de la aceleración en inflación (7.82% a/a).

Gusto podría no durar mucho

Prevemos una expansión más modesta en el consumo para 2023.

La inflación y el apretamiento monetario debilitarán la capacidad de gasto de los hogares, al erosionarse el poder adquisitivo y encarecerse los costos de los créditos. Incluso, la información reciente apunta a una inflación más renuente a disminuir y, por ende, un mayor ajuste esperado en las tasas de interés. Además, se anticipa que la economía y, en respuesta, el empleo muestren menor dinamismo este año, aunque ambas variables han mostrado inicialmente más resiliencia a la esperada. Finalmente, un menor crecimiento económico en los EE. UU. llevará a una desaceleración en los envíos de remesas.