• Noticia: Esta mañana el INEGI publicó el dato del Indicador de Consumo Privado en el Mercado Interno para febrero de 2023, que creció 3.6% a/a con cifras originales, pero se contrajo 0.4% m/m con cifras desestacionalizadas.
  • Relevante: Se contrajo mensualmente luego de dos meses en expansión. El descenso se explicó en mayor medida por la caída en el gasto en bienes, especialmente los de importación; por su parte, el gasto en servicios fue el único que exhibió un desempeño mensual positivo.
  • Implicación: A pesar del sólido inicio de año, la variable seguiría perdiendo dinamismo, especialmente en la segunda mitad del año, debido a que la inflación permanecerá elevada pese a moderarse, y a que los costos financieros seguirán siendo restrictivos. Además, la desaceleración económica, tanto interna como externa, afectará a variables como el empleo, la confianza, y la captación de remesas, respectivamente.

Se debilitó gasto en bienes; servicios más resilientes

Con cifras originales, el indicador se desaceleró a 7.3 a 3.6% a/a. Con ello, en el primer bimestre del año, promedia un crecimiento de 5.5%, el mayor desde 2012, sin contar 2022. Mes a mes y con cifras ajustas por estacionalidad, el indicador retrocedió 0.4%, devolviendo parte de las fuertes alzas de diciembre y enero.

Esta baja se dio pese a que la desocupación bajó a 2.8% (mínimo desde 2005), que la inflación se desaceleró ligeramente a 7.6% a/a y a que la confianza del consumidor repuntó a un máximo de 15 meses (44.8 pts.).

El único de los componentes del gasto que logró crecer a tasa mensual en esta lectura fue el de servicios, aunque se desaceleró. Por su parte, el consumo de bienes nacionales e importados se debilitó, también devolviendo algo de los avances de los dos meses previos.

Consumo bajaría más el ritmo en los próximos trimestres

Es posible que el consumo privado siga soportado en el corto plazo por el bajo desempleo, pero prevemos que se enfríe con más claridad en el 2S22.

En primer lugar, la expectativa de una desaceleración económica más adelante en el año afectaría el dinamismo en el mercado laboral y la confianza de los consumidores. Segundo, la inflación se desacelerará, pero seguirá elevada, erosionando el poder de compra de las familias. Tercero, el alto costo de los créditos tiende a afectar principalmente las decisiones de gasto en bienes duraderos. Finalmente, una potencial recesión –aunque breve y poco profunda- en los EE. UU. se traduciría en un menor crecimiento de las remesas.